REENCONTRARSE CON MALA-SAÑA
Septiembre lluvioso, como siempre, que hace que a uno no le quede más remedio que ponerse el traje del día, que siempre aprieta un poco tras los meses de sol, calor, mar, montaña; tras las vacaciones de verano que deberían ser eternas.
Decimos adiós al pueblo, a la playa, a la montaña, a las noches eternas y la fiesta continua. Pero a los ovetenses, y a todos los que quieran pasarse a disfrutar, aún nos queda la llegada inminente de San Mateo. Las Fiestas de San Mateo son ese oasis en medio de la rutina que logra prolongar el verdadero verano, ese en el que uno está disfrutando, hasta los límites de la estación. Hace que ese mes tan abrupto y bonito que es septiembre sea todavía mejor, hace de esta ciudad que es Oviedo el puerto de llegada en el que todos los que quieran disfrutar son bienvenidos.
La lluvia no es más que ese sonido de trompeta anunciando el cambio de tercio y anunciando que ahora viene lo mejor. Esa lluvia que limpia, refresca, purifica y prepara la ciudad para lo que está por venir, para sus fiestas y la felicidad. Sentado en el palco de MALA-SAÑA (Esa mesa que está en la terraza pero resguardada, situada en el soportal, en un recoveco mágico que bien merece un texto) con una buena copa es un privilegio y un disfrute ver caer la lluvia y disfrutar de ese olor que impregna la ciudad. Alguien dijo que el petricor y un luquete son el olor y el sabor del fin de verano, no se equivocaba; pero también un anuncio de que pronto va a venir más.
Es ahora el momento de encontrarse de nuevo con su barra, con sus barmans, con su gente. Es el momento de entregarse con los brazos abiertos a estas calles que nos esperan con los brazos abiertos. Reencontrarse con los viejos amigos y los viejos tragos: reencontrarse con MALA-SAÑA.
Ahora, en este tiempo de calma, es lo suyo relajarse un poco y empezar la preparación para el jolgorio mateíno. Disfrutar de la tranquilidad de beber en esos lugares que son una prolongación de nuestra casa, con la vuelta al hogar que siempre es una barra bien atendida y cuidada. Prepárense, porque en nada vuelve a estallar la fiesta y da comienzo un nuevo curso cargado de novedades, sorpresas y placeres. Vívanlo, no esperen ni dejen que se lo cuenten. En MALA-SAÑA les esperan, les espero, nos esperan.
Nos vemos en la barra, brindo por ustedes.