De repente, enero de 2024

Antes de que nos diésemos cuenta ya estamos subiendo la cuesta de Enero, poco a poco, algunos con más esfuerzo y otros con más ganas.

Vencemos cada día la dificultad y adoptamos, no sin desgana, la dulce rutina hasta la llegada del carnaval. Hemos pasado esta quinta estación que son las navidades entre familia, amigos, pantagruélicos manjares, brindis, compras y riadas de gente; todo envuelto por luces y guirnaldas y con los villancicos de fondo. Los Reyes pusieron fin a esta época maravillosa, pero en la que siempre  nuestra cabeza divaga y nos acordamos de los que no están. ¿Qué darían ustedes por volver a vivir esa ilusión de la mañana del 6 de enero descubriendo los regalos? Yo daría mucho, por no decir todo. Pero, al menos, tuvimos como consuelo poder tomar el vermú en MALA-SAÑA, aunque el frío y la persistente lluvia trataron, sin éxito, de boicotearlo.

Este 2024 que apenas lleva unos días puede que sea, por sin, el año magnífico y deseado por muchos o que se quede, simplemente, en otro más lleno de propósitos sin cumplir. Pero no nos damos cuenta de que lo más importante, lo que debemos siempre perseguir, son esos momentos felices y dichosos que duran un instante en el tiempo y quedan para siempre marcando nuestra vida. Y pocos lugares mejores para que se generen estos instantes eternos que un bar, y ninguno mejor que MALA-SAÑA. Sé que tienen previstos eventos, sorpresas y cosas nuevas; cosa que la clientela agradecemos y esperamos con ilusión: siempre es  bueno sorprender y fascinar, seguir manteniendo la llama del anhelo. Aunque quiero decirles a Iván, Saúl y todo el equipo que con que sigan haciendo lo mismo que todos estos años todo seguirá igual para ir a mejor.

Este año, además, Oviedo se corona como capital gastronómica de España. Un hito que ha de servir para dar a conocer la ciudad, su gastronomía, su cultura y su idiosincrasia: una distinción que debe enorgullecer a todos sus ciudadanos y a toda Asturias. La coctelería no se queda atrás, forma parte importante de esta reconocida gastronomía que no es más que un apartado de la cultura, y desde hace años lleva triunfando en Oviedo. Con un periodo de cierto olvido, pero siempre viva y persistente, hasta la actualidad donde gracias a MALA-SAÑA y a algunos otros lograron que el arte de la mixología vuelva al más alto nivel. Tanto que el buen hacer tras la barra, agitando, mezclando, han hecho que una pequeña ciudad de provincias como es Oviedo sea referente del cóctel en España.

Estoy seguro de que 2024 será un gran año y nos traerá muchas cosas buenas.

Nos vemos en la barra, brindo por ustedes.

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